Luna de miel
No, no es luna de miel en sí, pero es lo que tradicionalmente viene después de la boda, ¿no?
Por fin conseguimos casarnos. Lo que pensábamos iba a ser una reunión de amigos se transformó (y gracias) en algo más formal, aunque también íntimo, por la insistencia de nuestros padres en acompañarnos. Entiendo que aunque yo les diga que son papeles y nada más, ellos quieran estar presentes, y, aunque fue un poco agobio el organizarnos para ver cómo podíamos hacerlo justo y que hubiera representantes de las dos ramas, me alegro de que vinieran. Al final te das cuenta que son papeles, pero sigue siendo un cambio importante en tu vida, así que tiene mucho sentido compartirlo con la gente que quieres.
Pudimos firmar los papeles en el Consulado, y luego fuimos a comer a un sitio bonito, de esos que no frecuentamos normalmente, con nuestra familia y los testigos. Luego organizamos una tonteriílla en casa, con cosas de picar y cervezas, para poder saludar a los amigos de aquí, de Múnich y que vieran nuestra casa. Fue bonito y me quedé con ganillas de más, de poder celebrarlo mejor y de poder salir guapa en las fotos y de compartirlo con más gente aún, pero dadas las circunstancias y las limitaciones que conlleva el embarazo tan avanzado, fue genial. Unos soles de amigos, tenemos :)
Ahora nos queda preparar algo para el fin de semana, alguna escapada a la que podamos llamar "luna de miel" en el futuro, y pensar en el año que viene y en cómo organizamos lo que queramos hacer. Pero hay cosas que vienen primero, y la niña nos tendrá ocupados en unos días, así que dejaremos aparcado todo esto, seguro.
Y hablando de niños, ya somos "tíos" otra vez. No me gustan las comillas, pero está claro que, si tu mejor amiga tiene un niño y ella es como familia, el chiquillo también será familia, ¿no? Pues eso. Ahora nos falta verlo y que sea bien y sin cables, que aún no está con los padres, aunque es cuestión de tiempo. Parece que ha ido todo bien, dentro de lo que cabe y que, aunque los tengan separados unas 24h ahora al principio, el chaval está bien y la madre mejor aún, así que más cosas que celebrar.
Ahora tengo incluso más ganas de conocer a la nena que llevo dentro, ¡qué nervios! A ver si se pasa pronto este tiempo, que tengo muchas, muchas ganas de ver lo que nos depara esta nueva etapa.
Bueno, y ahora, fruto de esta boda exprés, hemos recibido más ropita para el bebé, unas botellicas de vino buenas y una planta bien hermosa. Mi padre ha aprovechado para hacer más amigable el cactus que hasta ahora atacaba. Resulta que estas plantas se reproducen como sin querer, y se le habían caído un par de orejones en la mudanza, que yo esperaba que se secaran con el tiempo, pero aguantaban lo que fuera. Resulta que los trozos de cactus pueden echar raíces desde donde sea, no sólo desde la herida y aunque no hayas preparado previamente la superficie. Todo un descubrimiento que ha permitido triplicar, o incluso quintuplicar en el futuro, mi número de cactus, a la vez que reducir enormemente su agresividad. Todos los días se aprende algo nuevo.
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