Fuera de combate

Si un resfriado común, traído por Julia a casa, nos ha dejado tan sin recursos, no me quiero imaginar qué no nos pasará cuando este pequeño ser vaya a la guardería y nos traiga todos los virus que se cuecen en Alemania en cada temporada. Resulta que es difícil cuidar de un bebé estando mala, aunque lo que tengas sea sólo un resfriado. En fin, habrá que sacar fuerzas de flaqueza y llevarlo todo para adelante.

A colación de esto, recuerdo el Salvados que vimos el otro día. Bueno, llevábamos varios atrasados y nos hemos hecho un finde temático, pero como cada programa es de su padre y de su madre, se aguanta bien. Vimos el que habla de la conciliación. Jordi Évole se va a Suecia, que debe ser el paraíso de la conciliación, y pasa el día con una familia sueco-española. Resulta que los dos progenitores trabajan y que se turnan el llevar y recoger a los niños de la guardería. Supongo que las tareas también se las turnan, y también supongo que es la única forma de poder hacerlo si no tienes a la familia cerca. Me ha hecho pensar mucho. Creo que estoy adaptada de más en algunos aspectos ya, y cuando Jordi se sorprendía y preguntaba sobre algunas de las medidas, yo veía absurda su sorpresa, como si lo que debiera haber por defecto fueran esas medidas. No hablo de todas, puesto que algunas ayudas de las que se dan aquí (similares a las de Suecia) no las veo tan necesarias, sino más bien una forma de compensar por cosas que la Administración Pública debería hacer. Hablo de que no te pongan problemas y te sigan pagando cuando no puedas ir al trabajo porque tu hijo esté enfermo. Hablo de que nadie levante las cejas porque una persona se vaya de baja para cuidar a su hijo cerca de un año y de que estén obligados a dejarte trabajar a jornada parcial durante un tiempo después del nacimiento de tu hijo. Aquí, aparte, dan un dinero mensual por niño hasta que cumplen los 18 años, y algunas ayudas adicionales si los padres tienen muy pocos ingresos o deciden no llevar al niño a una guardería pública. Podemos discutir la utilidad de estas últimas, pero no la necesidad de las primeras.

También veo claro que la baja parental en España es insuficiente (la OMS recomienda lactancia exclusiva hasta los 6 meses, cosa difícil de hacer si vuelves a trabajar a los 4) y que, desconociendo las leyes que protegen a la embarazada, casi todas mis amigas (esto es, todas menos a una), han perdido su trabajo durante el embarazo. Imagino que habrá leyes que impidan echar a una embarazada, pero los casos que conozco me hacen pensar que debe de ser fácil saltárselas. En general veo que somos un país que no incentiva nada que la gente tenga hijos. Es más, se obstaculiza mucho (estoy pensando en los despidos de gente antes y tras tomarse la baja). Iba a decir que es cultural, pero creo que los alemanes tampoco están especialmente avanzados en ese sentido: a la baja de maternidad la llaman Mutterschaftsurlaub, que quiere decir vacaciones de maternidad.

Bueno, que me voy del tema. Luego, para comparar con lo local, salían unos abuelos que se encargaban de sus nietos. De todo: los recogían del colegio, les hacían la comida, vigilaban que hicieran los deberes, los llevaban a las actvidades extraescolares... Y hablaba del fenómeno de estrés de los abuelos. Son gente ya mayor, que no tienen tanta energía para seguir el día a día de un adolescente y se ven obligados a echar una mano a sus hijos y en algunos casos, también parte de un pie. Mi madre y mi suegra parecen estar deseando ser abuelas de ésas, pero no es justo, ni para ellas, ni para nosotros. Para ellas, porque sé que tienen muchas ganas de disfrutar de su nieta, pero también sé que no querrían disfrutar de ella 24/7, que es un trabajo y nos corresponde a los padres llevarlo a cabo. Y para nosotros, porque nosotros también queremos disfrutar de la nena. No me perdonaría el no estar ahí durante años por perseguir una carrera. Ninguna carrera profesional debería obligarte a eso.

Así que ver las otras realidades me hace valorar lo que tengo, que es mucho. Planeo disfrutar al máximo este periodo y sentar las bases para luego volver a trabajar y poder disfrutar y contribuir los dos al máximo en el desarrollo de la niña. Así que, a disfrutar se ha dicho, aunque estemos K.O. Ya me he tomado mi paracetamol, ahora a que nos dé el sol de invierno, que se ha dignado a aparecer.

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