Mi experiencia a jornada parcial

Antes de conocer a Julia no la quería tanto. No me imaginaba cómo iba a ser, así que, cuando, haciendo un ejercicio de imaginación, me planteaba cómo sería la vida ahora, me la imaginaba muy parecida a entonces, sólo que con una niña. Por eso, cuando rellenamos los papeles en los que solicitábamos la baja parental,  ni me planteé volver al trabajo a tiempo parcial. Yo, mis 40h, no sea que no tuviera suficiente.
Pero resulta que conoces a la niña y es un amor. Y no quieres separarte de ella.  Y menos mal que la disponibilidad más que escasa de guarderías nos obligó a coger una que solo ofrecía 6h al día, porque así pude  decidirme a trabajar 30h a la semana y cudiar a Julia por las tardes. La recogía antes de las 14:00, y podíamos echar la tarde juntas. Para el trabajo reconozco que no es lo mejor, pero la gente acaba entendiendo que, si me buscan después de comer, lo más probable es que no esté, y tampoco es tan trágico.
Ahora y después de dar mucha guerra, nos han ampliado el horario de la guardería y puede estar hasta las 16:00. Yo sigo sin poder hacer jornada completa, pero para qué. Y, aunque este es el primer mes, no me gusta tanto como recoger pronto a la niña, así que la mitad de los días aparezco allí a las 14:00 igualmente :)
Lo interesante de esto son las reacciones de la gente cuando les dices que trabajas 30h. La mayoría hasta ahora se quedaban con que salgo a las 13:30 y me dicen que vaya chollo, y tienen algo de razón. Seguro que ellos no piensan en que me levanto a las 6:10 y que cobro menos, pero, al fin y al cabo, lo prefiero así, así que no les falta razón en que es un trato bueno. Otra gente me dice que es muchísimo, 30h, que casi ninguna madre volvería a trabajar tanto justo después de la baja y también tienen algo de razón, porque no conozco a ninguna madre de mi círculo cercano que trabaje eso o más.  Pero supongo que hay verdad en las dos reacciones: soy una privilegiada por poder pasar la tarde con mi hija y seguir trabajando, y también es verdad que podía haber intentado negociar menos horas y hubiera sido totalmente entendible.
La vida así es cansada, no diré que no, pero me gusta mucho más que cualquier alternativa. Supongo que hay que buscar un compromiso con todos los actores. En mi caso, y aunque mi trabajo no me llena, he descubierto que me gusta trabajar, por tener una ocupación y por sentirme útil. Sé que también era útil en casa, haciendo como que hacía cortinas y cocinando, limpiando y poniendo lavadoras, pero me faltaba el trato con la gente y la palmadita en la espalda ocasional. Sé que seré de los perdedores claros cuando los robots nos quiten el trabajo y tengamos que buscarnos las castañas por otro lado, porque me he acostumbrado a este trabajo rutinario, en el que tomas el café siempre a la misma hora, haces los mismos comentarios graciosos sobre el tiempo y de vez en cuando, alguien dice que has hecho algo bien.

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