El monte

Ayer pasamos un domingo de ricos. Nos vestimos de monte, con nuestros pantalones térmicos, nuestros sombreros... vamos todo el equipo. Incluso estrenamos equipación nueva: las polainas. Qué inventaco! No se moja uno nada.
En fin. Empezamos el día de ricos cogiendo el tren hacia Schliersee. Allí andamos un poco, subimos a una especie de Hütte que en verdad es parte de un complejo de vacaciones para ricos (ricos de verdad, se entiende) y bajamos de nuevo al pueblo. Nos caímos alguna vez, nos resbalamos muchas más, exploramos caminos inexplorados y vimos mucha, mucha nieve. Al llegar al Schliersee, nos metimos al centro de Wellness. Vamos, unas piscinicas que tienen. Pagamos por dos horas, sobre todo para meternos en la piscina de agua caliente con vistas al lado nevado/helado y por ducharnos y calentarnos un poco. Totally worth it.
Luego llegamos a casa y dormimos hasta que se hizo de noche y luego de día otra vez. Imagino y espero que ésta sea la vida que tienen los ricos, porque si no, no sé para qué nos deslomamos trabajando.

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