Brauneck desde Lenggries

Hemos probado a ver si alcanzábamos techo, y todavía no. Nuestra excursión más exigente hasta la fecha (con niños) ha sido bien bonita.  Los 855m de desnivel no nos han amedrentado, al contrario, pues hemos hecho la ascensión en un tiempo digno de montañeros medios sin niños: 1h y media. El paisaje desde arriba era impresionante. Filas y filas de montañas en el horizonte. Cadenas montañosas que se extendían más de 180°, y montañas con cimas nevadas que se podían vislumbrar entre pico y pico, haciendo los ojos pequeñitos, para no perderse un detalle de un paisaje tan fino. Y es que una piensa que ha estado en todos lados ya, pero allí arriba te das cuenta de que ¡hay tantas montañas que aún no hemos subido…!
Ha sido una excursión piloto, probando a ver qué tal es eso de bajar en telecabina. La verdad es que se agradece el ahorrarse la bajada, que es lo que te provoca las agujetas de la semana siguiente, y el tiempo que te ahorras lo puedes emplear en subir un poquito más, pero no llegas a casa tan baldado como cuando haces la excursión entera. Bueno, yo me acosté casi a la hora de Julia, así que cansada estaría, pero para ser nuestro tope de desnivel, la verdad es que no es el día que más derrengada he estado.
Pero muy bien, nos volvemos sintiéndonos unos héroes y pensando en la siguiente conquista. El cielo es el límite :)

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