Cuando el machismo se mete en casa

Esperaba con muchas ganas estas últimas elecciones, las del 26J. He estado pensando últimamente sobre nuestro futuro, si seguiremos mucho más tiempo por aquí, si nos mudaremos a otro sitio, si ese hipotético nuevo lugar de residencia podría ser España...Sé que desde que tenemos a Julia, me he vuelto mucho más exigente en ese sentido. Ahora no me bastaría con que encontráramos trabajos en los que nos pagaran aceptablemente y pudiéramos vivir, ahora también querría tener tiempo para cuidar de Julia, la posibilidad de conciliar, y una cierta estabilidad. En este sentido, casi todos los partidos llevaban alguna propuesta, la mayoría sobre la baja parental (lo de la estabilidad en el trabajo debe ser como los unicornios, ni se molestan en buscarla). Digo casi todos los partidos, porque justo al que más votantes ha conseguido, no le preocupan nada estos temas, a juzgar por su programa. Pero eso otro día.

Viviendo aquí, tienes la oportunidad de ver cómo funcionan algunas cosas que son distintas que en España. No soy fan de todo lo que hacen los alemanes, pero merece la pena echar un vistazo al funcionamiento del INEM de aquí, a la calidad de las noticias en la televisión, a la renta básica... Y a la baja parental, que es lo que me trae aquí hoy. Por tener un niño se tiene derecho a 14 meses de baja, a repartir entre los dos progenitores, con un mínimo de 2 meses cada uno. No quiero explayarme en detalles, que hay muchos, pero la base es ésa, 14 meses entre los dos. 

Lo que más me gusta de este sistema es que permite que el hombre se coja a partir de 2 meses de baja, aunque también puede cogerse 0, el padre no está obligado. Creo que una baja parental total o parcialmente intransferible va en la dirección correcta para acabar con la discriminación de la mujer en el trabajo. Y es de las medidas que saco orgullosa a colación en conversaciones con amigos españoles, para que vean lo avanzado del sistema aquí. Pero, por desgracia, la medida y lo aceptada que esté ésta en la sociedad no van de la mano en este caso. Antes de tener hijos me indignaba al escuchar historias sobre esto en el trabajo: padres que se cogían los dos meses de baja exclusivamente en vacaciones junto con la mujer, padres que ocultaban todo lo relativo a haber tenido un hijo, tiraban de 4 ó 5 días de vacaciones para cuidar de la madre en el hospital y volvían a trabajar... En fin, que los padres que hacían uso de esa baja para cuidar a su hijo o incluso cogían algún mes más del mínimo eran los menos.

Recuerdo comentar esos casos con amigas, con muchos aspavientos y llevándonos muchas veces las manos a la cabeza. Después de eso la vida sigue, y acabas teniendo hijos tú misma. Y te planteas hacer lo que siempre quisiste: repartir la baja todo lo equitativamente que se pueda. En mi caso, nos planteamos un reparto casi a la mitad: 8-6 meses de entrada (8 yo, 6 el padre). Pero las condiciones no siempre son las ideales para pedir la baja, y parece que en el ambiente laboral no está tan bien aceptado que un hombre se pida tantos meses, así que fuimos adaptándolo. Tanto lo adaptamos que quedó la cosa en 11-3. Ya dejaba de parecerse lo que Andrea idealista quería. Pero bueno, me ayudaba a aceptarlo el saber que los meses paternos no iban a ser de vacaciones, y que no era el mínimo, ya era un mesecillo más. El que no se consuela es porque no quiere.

Y la vida sigue y las condiciones laborales han cambiado, pero siguen distando de ser ideales, y nos planteamos recortar la baja del padre a un mes, que ya se ha tomado. Esto empieza a oler mal ya...La Andrea sin hijos de hace años despierta y pone las cosas en su sitio.  Pero ¿qué haces? ¡No dejes que te pasen por encima! Las condiciones tampoco eran ideales para ti cuando tomaste la baja, y aquí estás un año después, cuidando de tu hija y a punto de volver a un trabajo mediocre. No hay momento ideal y el no reclamar tus derechos es de COBARDES, así, con mayúsculas. Y vaya si puso las cosas en su sitio. Quedó la cosa en un decepcionante 12-2.

Ahora el jefe de la Andrea con hijos le deniega el mes extra que quiere pedir. Visto que queda un mes por cubrir y es el que la figura paterna no quiere disfrutar, ella intenta negociar con su jefe, trabajar solo un par de días a la semana y ver si se puede salvar ese mes con algunos días de vacaciones del padre y visitas de abuelas. Pues va a ser que no. Como padre, no solo es dificilísimo decir que vas a ejercer tu derecho de cuidar de tu hija durante un mes, parece que coger días de vacaciones también está mal visto si es para cuidar a una criatura. Probablemente a nadie le daría vergüenza pedir esos días de vacaciones si fuera para ir a Tailandia. ¿Por qué no tenemos que cuidar de Julia en Tailandia?

Aún no sé cómo salvaremos el mes que nos queda. Yo sé que me he cansado de toparme con esta cerrazón de mente una y otra vez, que me merezco volver al trabajo sin más preocupaciones y que lo pensaré dos veces antes de juzgar a una familia que no ejerza la baja como yo quería haberla ejercido. Igual ellas tampoco sabían que el machismo que criticaban fuera les había entrado en la casa.

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